En las unidades de agudos de Geriatría y en entornos de unidades de convalecencia y rehabilitación geriátrica es frecuente la necesidad de indicar qué pacientes son tributarios de reanimación cardiopulmonar (RCP) en caso de parada cardiorrespiratoria y en cuáles no se han de iniciar estas maniobras, bien por expreso deseo de los pacientes o porque es evidente una situación de mal pronóstico vital que lo desaconseja. Clásicamente, la edad fue uno de los factores determinantes del inicio o no de maniobras. En algunos centros hemos implantado una herramienta que determina la adecuación del esfuerzo diagnóstico y terapéutico de cara a tener protocolizada qué intervenciones pueden ser fútiles e inapropiadas.
En el presente trabajo se pone de manifiesto cómo el estatus de fragilidad determinado por la Clinical Frailty Scale (CFS) y el índice de Comorbilidad de Charlson fueron buenos predictores de no supervivencia en los pacientes que presentaron parada cardiorespiratoria, junto con presentar un ritmo no tributario de desfibrilación, si bien éste último sólo puede ser determinado en el momento del incidente. Si bien las situaciones de parada cardiorespiratoria en el entorno hospitalario se asocian con una elevada mortalidad, superior al 80% independientemente de la edad y de la fragilidad del paciente, en dicho trabajo se pone de manifiesto cómo un estatus de fragilidad CFS ≥ 5 se asoció con la mortalidad de forma independiente, después de ajustar por edad y comorbilidad.
Aunque el trabajo es retrospectivo y tiene algunas limitaciones en este sentido, podemos inferir que en aquellos pacientes con un estatus de fragilidad CFS ≥ 5, el inicio de maniobras de RCP puede resultar fútil y por tanto inapropiado. Más aún, que en estos pacientes puede ser más apropiado definir qué medidas son más adecuadas, por encima de si son o no tributarios de RCP.
Evora Betancor Santana. Benito Fontecha Gómez.
Servicio de Geriatría y Cuidados Paliativos.
Complejo Hospitalario Moisès Broggi. Hospitalet de Llobregat i St Joan Despí.