La resiliencia y la plasticidad son dos valores que caracterizan a nuestra especialidad. Es un hecho conocido que existen marcadas diferencias en el desarrollo de la geriatría en cada comunidad autónoma, y contar con todos los niveles asistenciales muchas veces se convierte en utopía. Por eso se ha considerado fundamental identificar fórmulas para prestar atención especializada con carácter transversal. Para ello, se debería emplear la valoración geriátrica integral (VGI) y el trabajo multidisciplinar con la finalidad de impregnar a otras especialidades y lograr de esta forma un abordaje global de los pacientes. Desde el pasado siglo, la evidencia científica respalda el valor de la atención geriátrica especializada en el manejo perioperatorio del paciente con fractura de cadera. Sin embargo, recientemente se ha determinado que este modelo no sólo funciona en cirugía ortopédica, sino que también se obtienen beneficios clínicos en pacientes mayores quirúrgicos no-ortopédicos.
Thillainadesan et al revisan las recomendaciones para la evaluación y el manejo de los pacientes quirúrgicos mayores en la última década. Sin embargo, en su trabajo apenas han identificado estudios publicados que proporcionen detalles relativos a su implementación. Estos investigadores resaltan la evidencia emergente comunicada en trece ensayos comparativos de modelos de atención perioperatoria. En tres ensayos clínicos aleatorizados, se investiga el impacto de la VGI preoperatoria en poblaciones quirúrgicas no ortopédicas, y en diez estudios comparativos no aleatorizados se evalúan pacientes hospitalizados en diferentes especialidades quirúrgicas. Las conclusiones arrojan resultados favorables en factores tales como reducción de estancia, complicaciones posoperatorias, delirium, mortalidad, reingresos y movilización después de la cirugía. Sólo tres estudios midieron prevalencia de fragilidad en sus cohortes, lo que sugiere que existe una brecha en la evidencia de pacientes quirúrgicos frágiles.
Los modelos de atención geriátrica reactiva en pacientes quirúrgicos deben dar paso a modelos proactivos. Estos modelos deben comenzar en el preoperatorio, a través de unidades colaborativas con el resto de los especialistas implicados en la toma de decisiones, mediante un abordaje integral y transversal del paciente. También son necesarios más estudios en los que se evalúe la fragilidad y se proponga realizar prehabilitación en aquellos casos indicados, como parte del preoperatorio en la práctica clínica habitual.
Beatriz Ares Castro-Conde
Geriatria. Hospital Universitario Lucus Augusti, Lugo