La demencia es una de las primeras causas de discapacidad y dependencia en las personas mayores de todo el mundo. La OMS la ha declarado una prioridad de salud pública y apoya a todos sus estados miembros en la implementación del Plan de Acción Global sobre la respuesta de salud publica a la demencia 2017-2025, en el que se hace hincapié en la necesidad de aumentar las estrategias de prevención, así como la investigación en esta área.
Esta revisión sistemática y metaanálisis de Ruth Peters surge porque se desconoce cuál es el impacto de los diferentes factores de riesgo (FdR) y de sus combinaciones en el desarrollo de demencia. El trabajo encontró una relación clara entre el número de FdR y el mayor riesgo de desarrollar demencia. Los resultados muestran un aumento del 20% en el riesgo de demencia con la presencia de un FdR [1,2 (95% IC 1,0 a 1,4)]; un aumento del 65% con dos [1,7 (IC del 95%: 1,4 a 1,9)] y una duplicación del riesgo en caso de presentar tres [2,2 (IC del 95%: 1,8 a 2,7)]. Lo que es más llamativo es que no se observaron diferencias de los resultados por grupo de edad basal, es decir, entre cohortes de mediana edad o de edad avanzada.
Aunque son necesarios estudios de intervención, este trabajo apoya la necesidad de estrategias dirigidas a mantener el mínimo número posible de factores de riesgo, no sólo en personas de edad media sino también en personas de edad avanzada.
Cristina Alonso Bouzón.
Geriatra. Hospital Universitario de Getafe.
Píldoras de Geriatría Basada en Evidencia.
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Coordinadores: Juan J. Baztán y Miquel À. Mas