El aumento de la población oncogeriátrica en los próximos años nos obliga a encontrar herramientas útiles que ayuden en su manejo. Los oncólogos han observado que es útil la Valoración Geriátrica Integral (VGI), pero falta acuerdo sobre qué dominios y escalas pueden aportar mayor rendimiento en la toma de decisiones.
Con este trabajo un comité de expertos de la sección de Oncogeriatría de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), y siguiendo el método Delphy, han llegado a un primer consenso para la evaluación de ancianos con cáncer, determinando que en aquellos pacientes oncogeriátricos que pasen un screening de fragilidad y a los que se tenga intención de tratar se debe realizar VGI que incluya índices de Barthel y Lawton, velocidad de la marcha, test de Pfeiffer, test MNA, escala de Yesavage, escala de Gijón, índice de Charlson, medicación, incontinencia urinaria y fecal, déficit auditivo y visual, caídas previas, úlceras por presión, insomnio y abuso.
Vemos una vez más la importancia de la VGI en relación con el paciente oncogeriátrico. Esta primera aproximación va a ayudar a decidir líneas de tratamiento, aunque en un futuro deban introducir más criterios de fragilidad, o síndromes geriátricos como sarcopenia, inmovilismo o delirium.
Nuria Fernández Martínez, geriatra, Hospital General Universitario de Ciudad Real.
Píldoras de Geriatría Basada en Evidencia.
Presentamos nuestras «perlas» en temas claves para estar al día de novedades y tendencias en investigación geriátrica.
Coordinadores: Juan J. Baztán y Miquel À. Mas