En los países industrializados, la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) es una de las primeras causas de ceguera en los adultos mayores. La edad es el principal factor de riesgo. Con el envejecimiento exponencial de la población, se estima que la prevalencia global de DMAE aumentará a 288 millones de personas en 2040. La DMAE de evolución precoz/moderada puede ser asintomática y diagnosticarse casual o proactivamente. La sintomática puede dificultar actividades que mantienen la independencia funcional y cognitiva, especialmente en ambientes pobremente iluminados, e influir en síndromes geriátricos como caídas o distorsiones de la percepción visual en personas con deterioro cognitivo.
En este artículo de revisión se repasan aspectos clave destacando los factores preventivos como adecuado manejo de hipertensión, tabaquismo, obesidad, y optimización nutricional, claves en la prevención de fragilidad física y neurodegeneración. El consejo en tabaquismo, control antihipertensivo, y monitorización de la agudeza visual con una rejilla de Amsler debe ser el abordaje en nuestras consultas externas. La tomografía óptica se utiliza en el estadiaje y monitorización de le efectividad terapéutica. La DMAE neovascular se trata con farmacoterapia antifactor de crecimiento endotelial vascular. La suplementación en micronutrientes se recomienda para reducir el riesgo de progresión.
La relevancia epidemiológica y clínica de la DMAE en población de edad avanzada hace que sea una patología siempre a tener en cuenta en el abordaje integral de una persona mayor.
Ainhoa Esteve Arríen. Geriatra
Hospital Universitario Infanta Leonor.