La asociación entre hipertensión -principalmente en adultos de mediana edad- y el desarrollo de demencia a edades más avanzadas ha sido ampliamente comentada en la literatura científica. Sin embargo, aún no está del todo aclarado el beneficio del tratamiento antihipertensivo en la prevención o el retraso del deterioro cognitivo y la demencia. Dos ensayos clínicos recientes (el SPRINT-MIND y el HOPE-3) han mostrado resultados contradictorios a este respecto, por lo que la cuestión sigue abierta a debate.
En esta revisión sistemática y metaanálisis, Hughes y colaboradores incluyen más de 96000 pacientes de 12 ensayos clínicos distintos, con una edad media de 69 años y un seguimiento de más de 4 años; encuentran como hallazgo más relevante una reducción de la incidencia de demencia o deterioro cognitivo entre los sujetos en tratamiento antihipertensivo frente a los no tratados (7,0% frente al 7,5%, OR 0,93 [IC 95% 0,88-0,98]).
De confirmarse dicha observación, aunque pudiera parecer un margen de beneficio escaso, a nivel poblacional y teniendo en cuenta la dimensión del problema de la demencia estaríamos hablando de una estrategia preventiva altamente beneficiosa. La edad media de los sujetos estudiados nos invita a replantear su posible beneficio en sujetos más mayores de lo comentado hasta ahora en la literatura. La heterogeneidad de las poblaciones de los estudios incluidos y el registro de la demencia como variable secundaria, entre otras cuestiones relevantes aún no resueltas, apuntan a que la última palabra en este apasionante debate aún no está dicha.
Dr. Alfonso González Ramírez. Geriatra. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.