Las guías de práctica clínica recomiendan el uso de betabloqueantes y calcioantagonistas para el control de la frecuencia ventricular en pacientes con fibrilación auricular permanente (FAP), relegando el uso de la digoxina como terapia adicional o como alternativa en caso de intolerancia a los primeros. Sin embargo, no hay evidencia respecto al mejor tratamiento en el subgrupo de pacientes que asocian insuficiencia cardiaca.
Kotecha et al evalúan en un ensayo clínico publicado en JAMA si hay diferencias en la calidad de vida referida (medida con el cuestionario SF-36 PCS) a los 6 meses entre sujetos mayores de 60 años con FAP, insuficiencia cardiaca clase ≥ II de la NYHA e indicación médica de control de la frecuencia ventricular tratados con bisoprolol o digoxina. No sólo no observan diferencias en la calidad de vida referida a los 6 meses entre los pacientes tratados con digoxina (n=80, dosis media 0,161 mg diarios) y los tratados con bisoprolol (n=80, dosis media 3,2 mg diarios), sino que a los 12 meses observan diferencias en 8 de los 20 end-points secundarios evaluados, todos ellos favorables al grupo tratado con digoxina, incluyendo el control de síntomas, la reducción de los niveles de NT-proBNP y la tasa de eventos adversos.
El tratamiento con dosis bajas de digoxina puede ser considerado una alternativa viable al tratamiento con betabloqueantes para controlar la frecuencia ventricular en pacientes con FAP e insuficiencia cardiaca. Sin embargo, es necesario confirmar estos hallazgos con sucesivos estudios al tratarse de un ensayo clínico abierto y con un tamaño muestral reducido.
Pedro López-Dóriga Bonnardeaux.
Hospital Universitario de Getafe