Las caídas son las responsables del 5% de las fracturas y hospitalización en adultos mayores que viven en la comunidad. Las intervenciones basadas en ejercicio físico multicomponente han demostrado disminuir las caídas en un 25%. Sin embargo, hasta el momento la evidencia sobre su impacto en prevención de fracturas es débil.
Este ensayo clínico aleatorizado, publicado en NEJM, con un interesante diseño que tiene en cuenta edad, fragilidad, deterioro cognitivo, historia y riesgo de caídas, trata de examinar el impacto de tres estrategias poblacionales en la prevención de caídas y fracturas, así como su costo-eficacia. Estrategias: 1) solo “asesoramiento” sobre: ejercicio físico, audición, visión, barreras arquitectónicas, toma de medicamentos y miedo a caer, 2) “asesoramiento” asociado a ejercicio físico guiado por fisioterapeuta (“Otago Home Exercise Programme”) y, 3) “asesoramiento” asociado a estrategia multifactorial de prevención de caídas: ejercicio físico dirigido, revisión por profesionales sanitarios de medicación, condiciones médicas, agudeza visual, problemas de pies y calzado, y valoración del hogar. En el ensayo participan más de 9000 pacientes mayores de 70 años y 63 médicos, utiliza datos del NHS, y se realiza un seguimiento a 18 meses. El ensayo concluye que no hay diferencia entre las estrategias, aunque la estrategia 2 mejora ligeramente la calidad de vida de sus participantes y muestra reducción de costes de la intervención médica.
Si bien es cierto que la recogida de datos de fracturas se realiza en parte de manera retrospectiva y la intervención de ejercicio físico guiado en el tiempo es limitada (OEP exige 6 meses), la uniformidad de los grupos y el excelente diseño del estudio instan a la reflexión abriendo un debate: ¿por qué diferentes estrategias con buenos resultados individuales (ej. prescripción basada en criterios STOPP-START), tienen escaso impacto poblacional?
Barbara Pérez Pena.
Geriatra. Directora Clínica Josefina Arregui. Alsasua (Navarra)