Múltiples herramientas han sido desarrolladas para identificar fragilidad. Sin embargo, pocos trabajos han evaluado su aplicabilidad, el tiempo necesario para realizarlas y la concordancia entre ellas.
El objetivo del Proyecto Frailtools fue determinar, de entre ocho herramientas validadas, cual era la más apropiada para cada ámbito asistencial teniendo en cuenta esas características. Este es un trabajo observacional transversal, en el que se incluyeron 1440 personas mayores de 75 años (361 de unidades geriátricas de agudos, 358 de residencias, 381 en atención primaria y 340 de consultas externas). A todas ellas se les aplicó el Fenotipo de Fragilidad (FF), el Índice de la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE-FI), el Rasgo de Fragilidad de 5 items (FTS-5) y el de 3-items (FTS-3), la escala FRAIL, el Índice de Fragilidad de 35 items (FI-35), la Herramienta de Screening de Fragilidad Gerontopole (GFST) y la Escala Clínica de Fragilidad (CFS).
Las escalas autoreferidas, especialmente la escala FRAIL, son las que tienen mayor aplicabilidad. Los tiempos de administración varían mucho entre instrumentos. El principal resultado de este trabajo es la débil concordancia entre las escalas en todos los ámbitos (nunca mayor del 65%) y la gran heterogeneidad en la prevalencia de la fragilidad (en residencias del 41.3% al 93.5%). Esto vuelve a poner sobre la mesa el hecho de estar llamando fragilidad a diferentes constructos o a distintos subtipos de fragilidad. Es necesario seguir trabajando para poder dar respuesta a la pregunta del proyecto Frailtools.
Dra. Cristina Alonso Bouzón
Geriatra. Hospital Universitario de Getafe
Presidenta SEMEG