La IC constituye un problema médico con gran repercusión en nuestro sistema de salud. El incremento de su incidencia y las elevadas tasas de mortalidad, ingresos y reingresos hospitalarios, condicionan un elevado consumo de recursos sanitarios y una disminución en la calidad de vida de los pacientes. La prevalencia de IC se incrementa con la edad y constituye la causa más frecuente de hospitalización en mayores de 65 años. Siendo la IC-FEp la más frecuente en este grupo etario, hasta el momento actual ningún fármaco ha demostrado un beneficio claro en el tratamiento de esta patología.
En este ensayo clínico aleatorizado se estudia el efecto de la empagliflozina (10 mg/día) sobre pacientes con IC-FEp (definida por una FE mayor de 40%) con NYHA II-IV, siendo la variable principal de resultado la compuesta por mortalidad cardiovascular u hospitalización por IC. Con un seguimiento medio de 26,2 meses, fueron incluidos 2.997 sujetos en el grupo de tratamiento y 2.991 en el de placebo (edades medias de 71,8 y 71,9 años y sexo femenino el 44,6% y 44,7%, respectivamente). Se objetivó el evento primario en 13,8% de sujetos del grupo de empagliflozina y en el 17,1% del placebo (Hazard Ratio 0,79 [0,69-0,90]; p<0,001) que se relacionó con un menor riesgo de sufrir hospitalización por IC (Hazard Ratio 0,71 [0,60-0,83]) y no con el riesgo de mortalidad por causa cardiovascular (Hazard Ratio 0,91 [0,76-1,09]). Tampoco se objetivaron cambios significativos en el Kansas City Cardiomyopathy Questionnaire (KCCQ) ni en la hospitalización o mortalidad por cualquier causa. El análisis por subgrupos parece indicar que el resultado sería más beneficioso en: mayores de 70 años, con FE menor de 50%, FGe menor de 60ml/min, NYHA II y tratamiento previo con IECAs, ARA-II o INRA.
Los datos obtenidos en el estudio nos plantean la posibilidad de que prescribir 10mg/día de empagliflozina a pacientes mayores de 70 años con IC-FEp (que no cumplan criterios de exclusión: hipotensión arterial sintomática o TAS < 100, FGe < 20, hemoglobina < 9, entre otros) podría disminuir su riesgo de hospitalización por IC y, con ello, reducir el riesgo de decondicionamiento y deterioro funcional secundario a la hospitalización por enfermedad aguda. Sin embrago, la no inclusión en el diseño del estudio de variables con elevado impacto sobre la salud de las personas mayores (fragilidad, dependencia funcional, deterioro cognitivo, delirium, caídas…) nos impiden inferir los resultados a toda la población de mayores de 70 años con IC-FEp.
José Gutiérrez Rodríguez
Área de Gestión Clínica de Geriatría. Hospital Monte Naranco, Oviedo
Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA)