Las alteraciones de conducta en demencia son uno de los componentes de la enfermedad que más afectan, no sólo a la persona, sino también a sus cuidadores. En lugar de usar medidas no farmacológicas que han demostrado su eficiencia, con frecuencia se suelen tratar con antipsicóticos, aunque cada vez son más usados otro tipo de fármacos, como los antidepresivos o anticonvulsivantes,
Recientemente se ha publicado en el BMC Geriatrics un metaanálisis de 209 estudios publicados antes de mayo del 2019 que incluían a 889,378 personas con demencia, donde se analizaban los estudios de intervenciones farmacológicas utilizadas para tratar los síntomas neuropsiquiátricos en la demencia. Como variable principal analizaron el riesgo de producirse una fractura, no habiendo ningun grupo farmacológico estudiado que respecto a placebo aumentara este riesgo, aunque analizando por subgrupos, el riesgo de fractura era significativamente mayor con antipsicóticos e IACEs+memantina comparando con anticonvulsivantes. Otros resultados analizados fueron la mortalidad, los eventos cerebrovasculares y las caídas, destacando que comparado con placebo los antipiscóticos aumentaban el riesgo de ictus y, en mayores de 80 años, los anticonvulsivantes se asociaban a aumento de mortalidad.
Este estudio puede suponer un punto de inflexión en la forma de actuar al hacernos ver que, como bien sabemos, los medicamentos no son inocuos, ni siquiera cuando distintos grupos farmacológicos se comparan con los antipsicóticos.
Oscar Macho Pérez. @osmachope
Geriatra. Consorci Sanitari Alt Penedès Garraf