Aunque el esfuerzo por promocionar estilos de vida saludable se centra fundamentalmente en edades tempranas de la vida, esta estrategia es extendible a cualquier periodo vital, incluída la población de edad avanzada.
Este trabajo de la cohorte española “Seniors ENRICA” (representativa de mayores de 60 años no institucionalizados; 68 años de edad media), publicado en 2017 el American Journal of Preventive Medicine, es el primero que evalúa el efecto de los estilos de vida saludable en el uso de servicios de salud por las personas mayores. Los resultados muestran que la adherencia a seis hábitos saludables (no fumar, actividad física, dieta saludable, dormir 7-8 horas, no estar sentado más de 8 horas/día y no vivir solo) se asocia de manera independiente con una gran reducción en el riesgo de polifarmacia (OR=0.46, 95% CI=0.24-0.85, p-trend=0.001), visitas a atencion primaria (OR=0.50, 95% CI=0.26-0.96, p-trend=0.013) y hospitalizacion (OR=0.50, 95% CI=0.24-1.01, p-trend=0.016). El impacto de las hábitos saludables en el uso de los servicios de salud tiene un efecto dosis-respuesta. Evaluados ordinalmente, cada comportamiento saludable adicional fue asociado con una reducción del 18% del riesgo de polifarmacia; 13% menos riesgo de visitas a atencion primaria y un 15% menos riesgo de hospitalización.
Este trabajo resalta el potencial beneficio de la promoción de estilos de vida saludable en el uso de servicios de salud y en el gasto sanitario. Abre una linea de trabajo que a todas luces parece promotedora.
Dra. Cristina Alonso. Organizacion Panamericana de la Salud/Organizacion Mundial de la Salud (OPS/OMS). Washington DC (USA)
Píldoras de Geriatría Basada en Evidencia.
Presentamos nuestras «perlas» en temas claves para estar al día de novedades y tendencias en investigación geriátrica.
Coordinadores: Juan J. Baztán y Miquel À. Mas