La “Alzheimer’s Disease Neuroimaging Initiative” (ADNI) es una red de investigación para el estudio de la progresión de la demencia. Incluye neuroimagen, genética, neuropsicología y biomarcadores en sangre y líquido cefalorraquídeo como predictores, en personas con enfermedad, en estadios prodrómico, preclínico, y mayores sanos como controles.
Dos grupos de investigación con estudios longitudinales sobre Fragilidad publican la relación entre deterioro cognitivo, demencia y fragilidad física. El grupo de Rockwood realiza un estudio con datos del Rush Memory and Ageing Project (RAMP) en el que construyen un índice de fragilidad de 41 items, objetivando que la fragilidad facilita la expresión clínica de la demencia en sujetos con baja carga neuropatológica concluyendo que por cada 2,5-2,6 casos de fragilidad severa que se evitaran, se podría evitar un caso de demencia. El grupo del RAMP junto con el ADNI profundiza en los biomarcadores de fragilidad física que son comunes a su relación con la progresión del deterioro cognitivo en dos cohortes longitudinales, identificando 4 biomarcadores replicables predictores de la relación entre fragilidad y progresión del deterioro cognitivo: resistina, hormona estimulante del folículo, Adiponectina, y polipéptido pancreático. La relación fisiopatológica entre deterioro osteomuscular y neurológico ha sido revisada por Nakamura destacando el efecto de la Osteocalcina como predictor de deterioro cognitivo lo que explica la relación en el meta-análisis de Cabett entre sarcopenia y progresión del deterioro cognitivo.
La fragilidad y sus atributos se erigen como dianas de acción reversibles sobre las que actuar para evitar la progresión del deterioro cognitivo.
Ainhoa Esteve Arríen. Geriatra. Hospital Universitario Infanta Leonor. Madrid.