Las guías recientes sobre el manejo de la hipertensión presentan un enfoque basado en el riesgo cardiovascular y recalcan las particularidades del paciente geriátrico concluyendo que la fragilidad constituye un determinante fundamental en la elección de los objetivos terapéuticos y estrategias de tratamiento, más allá de la edad cronológica1. Diferencian entre presión arterial sistólica (PAS) elevada (PAS entre 120-139 mmHg) e hipertensión (PAS≥140mmHg) debido a la asociación continua que existe entre la PAS y los efectos adversos cardiovasculares.
El tratamiento farmacológico de primera línea son IECAS, ARAII, dihidropiridinas y diuréticos tiacídicos. Si no son suficientes para conseguir los objetivos de la PA, se pueden utilizar otros fármacos. De estos, la espironolactona parece ser el más efectivo en la hipertensión resistente.
Se utilizará monoterapia inicial en pacientes con PAS elevada, fragilidad moderada o grave, hipotensión ortostática sintomática y edad mayor de 85 años.
Se recomienda tratamiento combinado doble inicial para las personas con hipertensión y si hay resistencia terapéutica se pasará a tratamiento combinado triple a dosis bajas, pudiendo progresar hasta una dosis máxima tolerada.
Estas guías resaltan la importancia del abordaje individualizado en el paciente mayor, siendo el objetivo último mejorar no solo el pronóstico cardiovascular sino también la calidad de vida y la independencia funcional.
Virginia Mazoteras Muñoz, FEA Geriatría.
Mª Teresa Madrid López, FEA Geriatría.
Hospital General Universitario de Ciudad Real.