La Estenosis Aórtica (EA) es una enfermedad valvular muy frecuente en el anciano, con una elevada mortalidad y deterioro en la calidad de vida si no es tratada. El TAVI surge como una técnica segura y eficaz para aquellos pacientes con elevado riesgo quirúrgico. De hecho, la mayoría de los pacientes sometidos a este procedimiento son ancianos, frágiles y con una considerable comorbilidad; siendo precisamente en este grupo donde el beneficio en la calidad de vida prima sobre la ganancia absoluta de años.
Presentamos el siguiente estudio prospectivo realizado en una cohorte holandesa cuyo principal objetivo es investigar el impacto de la fragilidad en la calidad de vida al año de la técnica TAVI, dentro de un programa específico que incluye la valoración por un equipo multidisciplinar. Concluye que la fragilidad es un factor predictivo independiente de deterioro en la calidad de vida, a pesar de que la mitad de estos pacientes objetivan mejoría en la clasificación NYHA. En este grupo, la ausencia de enfermedad arterial periférica o renal se asocia con un resultado exitoso. Otros factores predisponentes relacionados con peores resultados son el tabaquismo, insuficiencia renal, movilidad reducida y el delirium postoperatorio.
Por lo tanto, la fragilidad es una de las variables importantes a tener en cuenta en la toma de decisiones en ancianos con EA, poniendo de manifiesto la importancia de una valoración multidisciplinar y la necesidad de realizar más estudios.
Gracia Megías Baeza
Médico especialista en Geriatría
Hospital Quirón Sagrado Corazón, Sevilla