La relación entre la presión arterial (PA) y la capacidad cognitiva resulta controvertida. Mientras que la hipertensión arterial (HTA) constituye un factor de riesgo para deterioro cognitivo leve (DCL) y demencia, diferentes estudios observacionales señalan un mayor riesgo de deterioro cognitivo ante cifras bajas de PA.
El estudio SPRINT MIND formó parte del estudio SPRINT y se diseñó para evaluar si el tratamiento intensivo de la PA de sujetos hipertensos mayores de 50 años con elevado riesgo cardiovascular se asociaba a una reducción del riesgo de demencia y de DCL. El estudio SPRINT fue suspendido a los tres años al demostrarse una reducción de los eventos cardiovasculares y de la mortalidad total (fase de intervención) realizando un seguimiento de los casi 9400 sujetos en los tres años sucesivos. La edad media de la muestra fue de 67,9 años (28,2% mayores de 75 años). El grupo de tratamiento intensivo (PAS<120 mm Hg) no presentó un riesgo de demencia significativamente menor que el grupo de tratamiento estándar (PAS<140 mm Hg) aunque sí del riesgo de DCL y del resultado compuesto de riesgo de demencia y de DCL.
Este estudio demuestra que el control intensivo de la PA puede reducir el desarrollo de deterioro cognitivo. Es posible que la suspensión precoz del mismo haya reducido la potencia del efecto. Por otro lado, no se comunican los efectos adversos posteriores a la fase de intervención, lo que impide una adecuada valoración del riesgo beneficio. Todo ello justifica la realización de nuevos estudios que corroboren estos hallazgos.
Pedro López-Dóriga Bonnardeaux, geriatra, Hospital de Getafe, Getafe, Madrid.
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