La desnutrición, la sarcopenia y la fragilidad son síndromes geriátricos comunes que a menudo coexisten y están relacionados con resultados de salud adversos y mayores costes sanitarios. Existe una amplia investigación sobre la relación entre las intervenciones en nutrición y ejercicio y su impacto en la masa y fuerza muscular, el nivel de actividad física y el rendimiento físico. Sin embargo, los estudios que examinan el efecto de estas intervenciones en la fragilidad son inconsistentes.
En esta revisión sistemática se evaluó la efectividad de las intervenciones nutricionales para mejorar la fragilidad y factores asociados a la misma en adultos mayores que viven en la comunidad. Las intervenciones multifactoriales que incluyeron ejercicio físico, intervención psicológica o reducción de polifarmacia fueron más efectivas para mejorar la fragilidady la capacidad funcional en sujetos frágiles que la suplementación nutricional oral de forma aislada o una intervención combinada de educación nutricional y ejercicio físico. La suplementación nutricional oral proteico-energética tendió a ser efectiva solo en adultos mayores desnutridos yno se encontraron pruebas suficientes para determinar el efecto de la suplementación con vitamina D en la mejora del rendimiento físico.
Las guías existentes para el manejo de la fragilidad coinciden con los hallazgos de esta revisión: la suplementación nutricional oral puede controlar la pérdida de peso involuntaria o la desnutrición y es beneficiosa cuando se proporciona como fuente de energía complementaria junto con el ejercicio físico, pero se requieren intervenciones integrales y con un enfoque multidisciplinario para revertir las características del síndrome de fragilidad.
Rubén Alcantud Córcoles, MIR de Geriatría
Mariano Esbrí Víctor, FEA de Geriatría
Servicio de Geriatría
Complejo Hospitalario Universitario de Albacete.