Las deficiencias del modelo residencial actual fueron puestas en evidencia durante la pandemia. La calidad asistencial, el alto recambio de personal, los centros sobredimensionados y la viabilidad financiera son algunos de los problemas. Una reinterpretación del modelo de cuidados de larga duración es necesaria.
Un reciente artículo1 destaca tanto la desconexión entre las residencias y el entorno social, como la falta de servicios a la comunidad que puedan servir de transición a la institucionalización. Esta disociación con la comunidad favorece la soledad de los usuarios que son separados de su entorno. Ello contrasta con los nuevos modelos residenciales como las “Green Houses” (viviendas tuteladas en la comunidad) en EE. UU., el alojamiento gratuito para universitarios que conviven con personas mayores en los Países Bajos, o las “Extra Care Housing” (urbanizaciones residenciales medicalizadas) en el Reino Unido. Aun así, existen barreras legales y económicas que, junto con la mejora de las condiciones laborales, de la temporalidad y de roles asistenciales de los trabajadores residenciales condicionan y determinan el éxito de la implantación de estos nuevos modelos de atención.
Las residencias y sus trabajadores son factores fundamentales para la mejora de la atención sanitaria de sus residentes. El cambio de modelo requerirá de un cambio de percepción de las residencias y de sus trabajadores, como de las políticas públicas para facilitar la integración de éstas en la comunidad.
Oriol Miralles Resina
FEA Geriatría.
Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS)
REFERENCIA
- Butler S. M. (2023). The Need to Reframe Nursing Homes as Community Hubs. JAMA health forum, 4(7), e232967. doi.org/10.1001/jamahealthforum.2023.2967