Se calcula que el 17% de los adultos mayores hospitalizados experimentan pérdida de movilidad durante la hospitalización, asociándose al riesgo de pérdida adicional de función y a malos resultados: pérdida de masa muscular y fuerza, largas estancias hospitalarias, caídas, disminución de las actividades de la vida diaria, disminución de la movilidad comunitaria y participación social e institucionalización. A pesar de su importancia, la pérdida de movilidad no se reconoce ampliamente como resultado de la atención hospitalaria.
En este artículo, publicado en la revista JAGS, un grupo de trabajo de la Sociedad Americana de Geriatría revisó la literatura, incluyendo varias revisiones sistemáticas, y desarrolló un libro blanco con un mayor enfoque en la movilidad durante el cuidado agudo; así como evaluaciones e intervenciones rutinarias de movilidad para pacientes mayores hospitalizados, proponiendo siete recomendaciones y concluyendo que las intervenciones de movilidad deben dirigirse a individuos en riesgo moderado a alto de pérdida de la misma.
Es necesario cambiar la cultura hospitalaria respecto a la medición de resultados, incluyendo la evaluación de la movilidad del paciente al ingreso y al alta, mediante un abordaje interdisciplinar con personal concienciado que incentive la movilidad durante el ingreso, superando el miedo a la caída de los pacientes. El beneficio de esta intervención redundará tanto en el paciente y como en el cuidador, y también en el sistema sanitario, ahorrando los elevados costes derivados de la discapacidad.
Mª Mar Camúñez Montiel. Geriatra. Hospital Fundación Instituto San José, Madrid
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