Las «lesiones por presión inevitables» suponen un reto habitual en nuestra práctica clínica diaria. Teniendo como punto en común el final de vida, es importante clasificar y describir las lesiones cutáneas que pueden presentarse en pacientes en sus últimos días de vida o terminales y diferenciarlas de otras lesiones cutáneas prevenibles.
Francisco P. García-Fernández y cols. proponen la creación de un nuevo marco conceptual para las lesiones cutáneas que se desarrollan en pacientes cuyas vidas están gravemente comprometidas o cuya muerte se espera en un corto periodo de tiempo, mediante revisión de la literatura, un grupo nominal y una conferencia de consenso. Estas lesiones, llamadas “Lesiones cutáneas por compromiso vital severo” están catalogadas como lesiones inevitables e indican una amenaza grave para la vida, o incluso, la muerte inminente. Los pacientes que las sufren tienen una condición clínica irreversible y reconocerlas es clave para poder establecer unos objetivos de cuidados adecuados. Se clasifican en dos grandes tipos: “Lesiones cutáneas por vasoconstricción grave” y “Lesiones cutáneas por síndrome de disfunción multiorgánica”. Estas últimas se producen en personas con disminución de la capacidad funcional, pérdida de masa muscular, grasa, desnutrición, y que tienen, al menos, una enfermedad crónica que favorece la insuficiencia y fallo cutáneo debido a hipoperfusión de la piel. La gravedad de las lesiones no está relacionada con la calidad de la atención prestada.
Este nuevo marco conceptual puede ayudarnos a comprender las lesiones cutáneas relacionadas con el final de vida (y asociadas con la insuficiencia multiorgánica), a diferencia de las lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia.
Belén Cámara Marín. FEA Geriatría. Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena.
Carmen Alcaraz López. FEA Geriatría. Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena.