La demencia es una de las principales enfermedades que causan discapacidad y muerte, por lo que su prevención es prioritaria. Dado que en la actualidad no existen tratamientos modificadores de la enfermedad, identificar los factores de riesgo que pueden afectar a la salud cognitiva a largo plazo es esencial. Dentro de las causas potencialmente modificables, es sabido que el uso de fármacos anticolinérgicos afecta a la cognición, de manera que las guías recomiendan evitar su uso en los mayores frágiles.
Presentamos el estudio más amplio realizado hasta el momento que compara la prescripción de anticolinérgicos 4-20 años antes del diagnóstico de demencia con el de un grupo control, utilizando la escala ACB para medir la carga cognitiva anticolinérgica.
Se objetivó una asociación significativa entre la incidencia de demencia y antidepresivos, antiparkinsonianos o urológicos con una puntuación ACB de 3, incluso para exposiciones 15-20 años antes del diagnóstico, lo que excluye la causalidad inversa. Esto no sucede con anticolinérgicos gastrointestinales o cardiovasculares.
Por lo tanto, este estudio abre una nueva ventana para actuar en la prevención del declinar cognitivo y nos hace conscientes de la responsabilidad que debemos asumir cada vez que realizamos una nueva prescripción, así como su mantenimiento en el tiempo.
Gracia Megías Baeza, geriatra. Hospital Quirón Sagrado Corazón, Sevilla.
Píldoras de Geriatría Basada en Evidencia.
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Coordinadores: Juan J. Baztán y Miquel À. Mas