La fibrilación auricular (FA) es frecuente en adultos mayores de 65 años, y a menudo coexiste con fragilidad, comorbilidades y síndromes geriátricos. La aplicación de directrices basadas en pruebas sin tener en cuenta las prioridades individuales puede resultar perjudicial, ya que la atención puede ser compleja, costosa y conflictiva.
Esta revisión1 hace hincapié en un enfoque centrado en el paciente y dirigido a objetivos, que abarca la detección, el tratamiento de los síntomas y las intervenciones personalizadas. Establece un puente entre las pruebas y la atención individualizada en todo el espectro de adultos mayores, desde los robustos hasta los frágiles.
No se recomienda el cribado primario de la FA, sí en cambio prevenir la obesidad, realizar ejercicio físico de intensidad leve o moderada, controlar la tensión arterial y el consumo de alcohol.
Se aconseja la ablación en caso de ser un paciente robusto y ser su primer episodio, si no se priorizará el control de ritmo, excepto en pacientes paliativos solo si hay síntomas significativos.
Respecto a la anticoagulación no se considera en pacientes muy frágiles, en la enfermedad renal crónica avanzada y diálisis ni en paliativos. Sí en robustos y frágiles tras una decisión personalizada, siendo preferidos los anticoagulantes directos, en concreto el apixaban.
El cierre percutáneo de la orejuela izquierda se debe considerar en pacientes robustos y en frágiles de una manera personalizada, por el alto riesgo de sangrado.
Las guías actuales destacan cautela sobre la anticoagulación en pacientes frágiles y paliativos y remarcan el modelo de tratamiento multidisciplinar. El futuro se centra en ensayos clínicos menos restrictivos y en la ampliación de las guías actuales.
Carlos Gala Serra
Facultativo Especialista Geriatría Hospital San José, Teruel.
REFERENCIA