El dolor crónico no relacionado con el cáncer es un problema común entre las personas mayores, con un impacto significativo en su calidad de vida. Sin embargo, a pesar de su elevada prevalencia a menudo es infradiagnosticado, mal tratado y difícil de manejar. La presencia de fragilidad, junto con la comorbilidad y polifarmacia aumentan su complejidad.
Presentamos una revisión narrativa de G. Wong sobre las herramientas de evaluación y el tratamiento farmacológico en el anciano frágil con dolor crónico no oncológico. El primer paso en el manejo del dolor es reconocer su presencia y evaluar la gravedad e impacto psicológico y funcional. Una evaluación adecuada es clave para establecer un plan de cuidados individualizado, debiendo plantearse objetivos realistas. Esta tarea supone un reto en los pacientes con deficiencias cognitivas y sensoriales, donde las estrategias de comunicación modificadas y las herramientas de evaluación validadas pueden ser útiles, en el resto de pacientes puede emplearse la escala analgésica de la OMS, pero considerando sus peculiaridades. Se recomienda comenzar con un solo fármaco a dosis bajas y titulación lenta, monitorizar frecuentemente su eficacia/efectos adversos y considerar la deprescripción una vez conseguido el control o ante la ausencia de beneficio. Los fármacos sólo forman parte de un plan de manejo multidimensional, en conjunto con otras estrategias como el ejercicio físico y la terapia cognitivo conductual.
El manejo del dolor en personas mayores frágiles supone un desafío, especialmente en pacientes con deterioro cognitivo, y son necesarios más estudios sobre farmacoterapia en este grupo de pacientes.
Dra. Gracia Megías Baeza
Médico especialista en Geriatría
Hospital Quirón Sagrado Corazón, Sevilla