La agitación es común en personas con demencia afectando negativamente a la calidad de vida de pacientes y cuidadores. Cuando no son suficientes las medidas no-farmacológicas los antipsicóticos son la primera línea de tratamiento siendo escasa la evidencia de alternativas más seguras y efectivas. La mirtazapina, ampliamente utilizada en ancianos, podría tener un efecto positivo sobre los síntomas neuropsiquiátricos según estudios previos.
El ensayo clínico SYMBAD, aleatorio, multicéntrico, doble ciego y controlado con placebo publicado en Lancet, evalúa la eficacia clínica y la seguridad de la mirtazapina en la reducción de la agitación en relación con el placebo. Se seleccionaron participantes (edad media 82 años) con probable o posible enfermedad de Alzheimer y agitación (Cohen-Mansfield Agitation Inventory [CMAI] ≥45 puntos) sin respuesta a tratamientos no-farmacológicos. Se aleatorizaron en un grupo placebo (n=102) y otro de mirtazapina (n=102) con dosis objetivo de 45 mg diarios. El resultado primario fue la reducción del CMAI a las 12 semanas, cuyas puntuaciones en este periodo no fueron significativamente diferentes entre los grupos (diferencia de medias ajustada -1,74 (-7,17 a 3,69; p=0,53). El número de controles con eventos adversos (65/102: 64%) fue similar al del grupo de mirtazapina (67/102: 66%) pero hubo más muertes en el grupo de mirtazapina (n=7) en la semana 16 que en el grupo control (n=1). El análisis post-hoc sugirió que esta diferencia era de significación estadística marginal (p=0,06). Tampoco hubo diferencias en otros resultados secundarios como calidad de vida, síntomas neuropsiquiátricos o salud mental del cuidador salvo en una mayor sobrecarga de éste último en el grupo de mirtazapina (Zarit carer Burden Inventory 35,5 vs 29; p=0,02).
Aunque existen limitaciones que dificultan la generalización de los resultados, como la procedencia de los participantes, la exclusión de otros tipos de demencia o las dosis altas de mirtazapina, este ensayo con resultados negativos conlleva importantes implicaciones clínicas para la práctica habitual con la consecuente necesidad de reconsiderar y/o individualizar la prescripción de mirtazapina y posiblemente otros antidepresivos sedantes, como alternativa para la agitación en la demencia.
Blanca Garmendia Prieto
Servicio de Geriatría. Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela10