Los pacientes ancianos hospitalizados tienen un alto riesgo de desarrollar discapacidad nosocomial. Cada día de reposo, está asociado con un 1-5% de descenso de masa muscular, lo cual se traduce en importantes secuelas a pesar de que consigamos revertir la situación por la que nuestro paciente fue ingresado. Las estrategias para fomentar la movilidad han demostrado beneficios en pacientes con ictus, neumonía y fractura de cadera. Sin embargo, algunos estudios han encontrado resultados contradictorios que sugieren la necesidad de individualizar las estrategias de fomentar la movilización.
Por dicho motivo, los investigadores del proyecto “MOVE ON” (estudio multicéntrico canadiense), intentaron implementar y evaluar una estrategia de promoción de movilización, basándose en una serie de premisas a las que podemos acceder libremente desde la página web: http://movescanada.ca/user/login, y cuyos resultados han publicado recientemente en Age and Ageing.
Realizar un protocolo de movilización, es una medida relativamente sencilla y segura de implementar en cualquier medio. El siguiente paso sería incrementar la capacidad funcional de nuestros pacientes aprovechando el periodo de hospitalización convencional, más allá de promover medidas simples como la movilización. Quizás sea el momento de promover la instauración de programas de ejercicio multicomponente en todos los recursos de salud que atienden a ancianos. Ese es nuestro siguiente reto..
Nicolás Martínez Velilla, geriatra. Jefe del Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario de Navarra.
Píldoras de Geriatría Basada en Evidencia.
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Coordinadores: Juan J. Baztán y Miquel À. Mas