Es conocido el papel de la vitamina D, especialmente su metabolito el 25-hidroxi vitamina D, en el metabolismo mineral, pero desde hace años se sabe también de su importancia para el funcionamiento de otros sistemas como el renal, cardiovascular e inmunológico, de tal manera que su déficit no sólo favorece la osteoporosis, también el desarrollo de diabetes, algunos tumores, enfermedad cardiovascular, alergias, etc.
Hay estudios recientes que también han analizado el papel de la vitamina D en la fragilidad de los ancianos, como el meta-análisis y revisión sistemática reciente de Marcos Pérez et al. Incluye estudios observacionales longitudinales y transversales en personas mayores de 60 años, con determinación de niveles de 25-hidroxi vitamina D y que utilicen los criterios de Fried originales o modificados, para determinar la situación de fragilidad de los pacientes. De 269 artículos identificados inicialmente, se incluyen 13 estudios en el meta-análisis, concluyendo que los niveles bajos de vitamina D se asocian con la presencia y severidad de fragilidad en ancianos, aunque no queda claro si el déficit de esta importante vitamina es otra de las causas que provoca la fragilidad, o por el contrario es consecuencia de la misma.
La fragilidad en los ancianos es una condición que modifica su pronóstico y evolución posterior y que puede ser reversible, de ahí la importancia de encontrar factores tratables. Habrá que plantear estudios bien diseñados para comprobar si la suplementación adecuada de vitamina D en ancianos puede prevenir o mejorar la fragilidad.
Nuria Fernández Martínez. Servicio de Geriatría. Hospital General Universitario de Ciudad Real.