En los últimos años la irrupción de un nuevo grupo farmacológico para el manejo de la Diabetes Mellitus II (DM2), como son los inhibidores del co-transportador2 sodio-glucosa (SGLT2) de acción en el túbulo renal, han supuesto una importante revolución en el manejo cardiovascular, con una sólida evidencia que recientemente se ha ampliado más allá de la DM2, a la insuficiencia cardíaca y a la insuficiencia renal crónica.
En este sentido es destacable la revisión que publican el grupo de Evans y colaboradores desde Cardiff en la revista Age and Ageing sobre el papel de estos fármacos en el manejo de personas mayores frágiles con y sin DM2. La revisión repasa los efectos beneficiosos de los SGLT2 en el control glicémico, pero también en la reducción de la mortalidad, de eventos cardiovasculares, de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y en la progresión de enfermedad renal crónica. Estudios recientes como el DECLARE TIMI-58, DAPA-HF o DAPA-CKD, con Dapagliflozina en DM2, insuficiencia cardíaca y enfermedad renal respectivamente, o como el EMPA-REG en DM2, el EMPEROR-REDUCED o el EMPEROR-PRESERVED con Empaglifozina en insuficiencia cardíaca, han incluido pacientes mayores de 65 años y de 75 años mostrando eficacia y seguridad.
En la población con mayor grado de fragilidad o mayor de 85 años los autores expresan la necesidad de mantener extrema prudencia en su uso, por no disponer de evidencia suficiente sobre que los beneficios superen los riesgos, que en esta subpoblación suelen estar marcados por los síntomas hipovolémicos, los síntomas neuroglicopénicos (mareos, debilidad o delírium) y otros efectos perjudiciales como el riesgo elevado de infecciones fúngicas genitales.
Miquel À. Mas, geriatra, Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, Badalona, Direcció Clínica Territorial de Cronicitat Metropolitana Nord, Institut Català de la Salut