Diferentes estudios en animales y en humanos han observado una asociación entre el acortamiento de los telómeros y una amplia gama de enfermedades. Sin embargo, el valor pronóstico de la longitud de los telómeros no está suficientemente definido.

Schneider y cols. publican un estudio prospectivo en el que analizan la posible asociación entre la longitud media de los telómeros leucocitarios y la mortalidad en 472.432 sujetos incluidos en el United Kingdom Biobank, con una edad media de 53 años (37-73) y un seguimiento medio de 12 años. Observan que un acortamiento medio de los telómeros se asocia a un discreto aumento de la mortalidad global, especialmente por enfermedades respiratorias y hepáticas, neoplasias hematopoyéticas y COVID-19, pero no por enfermedades endocrinológicas o neurológicas ni por otras neoplasias. Dicha asociación es independiente de la edad cronológica, sexo, índice de masa corporal, raza y estilos de vida.

Este estudio confirma la asociación entre el acortamiento de los telómeros y la mortalidad global en humanos y apoya la premisa de que un biomarcador aislado basado en un mecanismo biológico de envejecimiento se podría asociar a diferentes causas de muerte, especialmente por patologías relacionadas con el envejecimiento. La muestra del estudio, muy numerosa, no es enteramente representativa de la población general, al predominar los sujetos de raza blanca (94%) y con elevados ingresos económicos. Además, la utilización de los códigos ICD-10 podría dar lugar a errores en la clasificación y de infradiagnóstico de las variables de resultado del estudio.

Pedro López-Dóriga Bonnardeaux.

Servicio de Geriatría. Hospital Universitario de Getafe

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