Factores como la humedad, la temperatura o la velocidad del aire hacen que el bienestar térmico de una persona pueda variar dependiendo del ambiente donde se encuentre.
En verano, cuando las temperaturas exteriores alcanzan las mayores cotas, es imprescindible actuar en consecuencia con el objetivo de alcanzar una sensación de comodidad en el entorno en que se está, sobre todo, cuando se trata de pasar largas estancias en un interior.
En la actualidad, no existe ninguna normativa ni estatal ni internacional que defina el bienestar térmico de las personas mayores. Sin embargo, este aspecto es determinante para su salud y calidad de vida. De hecho, el proceso de envejecimiento biológico y los problemas circulatorios frecuentes en mayores son la principal causa de la disminución de la capacidad de regular la temperatura corporal, lo que hace que baje la sensación térmica.
Dada la importancia de mantener una temperatura idónea para la salud de los mayores, se están llevando a cabo distintos estudios para tratar de concretar qué condiciones son las fundamentales para favorecer esta sensación de bienestar en relación con la temperatura.
Vía Geriatricarea