La demanda de atención sanitaria en los servicios de urgencias se ha incrementado significativamente en los últimos años, siendo este aumento más acusado en la población anciana. Este grupo constituye más del 25% de todas las asistencias en urgencias, lo que implica mayor consumo de recursos sanitarios, estancias más prolongadas y mayor riesgo de resultados adversos.
Existen varias herramientas para el cribado de ancianos con alto riesgo de resultados adversos en los servicios de urgencias, de las que quizás la más extendida sea la escala ISAR (“Identification of Senior at Risk”). Una reciente publicación en Age and Ageing realiza una revisión sistemática y meta- análisis de la escala ISAR, intentando determinar su valor predictivo para identificar a los pacientes de 65 y más años que están en riesgo de presentar resultados adversos en los 6 meses posteriores a su visita a urgencias. Se consideran resultados adversos el deterioro funcional, la hospitalización o nueva visita a urgencias no planificada, institucionalización y muerte. Los autores llegan a la conclusión de que la capacidad predictiva de este instrumento como instrumento de detección de resultados adversos a los 6 meses es modesta, aunque una puntuación menor de 2 puede seleccionar aquellos adultos mayores que pueden ser dados de alta con seguridad de urgencias.
No cabe duda de la importancia de establecer un cribado desde la urgencia para seleccionar a aquellos pacientes de mayor riesgo que se van a beneficiar de una valoración geriátrica integral y de esta manera poder diseñar un plan específico de cuidados y ubicación al alta.
Dra. Gracia Megías Baeza, H. Quiron Sagrado Corazón, Sevilla.
Píldoras de Geriatría Basada en Evidencia.
Presentamos nuestras «perlas» en temas claves para estar al día de novedades y tendencias en investigación geriátrica.
Coordinadores: Juan J. Baztán y Miquel À. Mas