El ingreso hospitalario a menudo conlleva una modificación del régimen terapéutico previo, pudiendo incluir fármacos que confieren mayor riesgo que beneficio (medicamentos potencialmente inapropiados, MPI). En el presente trabajo, Weir y cols. se cuestionan cuál es el impacto que la prescripción de MPI al alta presenta respecto a la aparición de eventos adversos.
Los autores evalúan de forma prospectiva una cohorte de 2.400 pacientes mayores de 65 años dados de alta de dos hospitales terciarios canadienses durante un periodo de dos años. Utilizando los criterios de Beers, STOPP y Choosing Wisely para identificar la prescripción de MPI al alta, observan que a un 31% de los pacientes se les añade al menos un MPI mientras que a un 49% se les mantiene al menos un MPI prescrito antes del ingreso. Cada MPI añadido incrementa un 21% el riesgo de reacción adversa a fármacos y un 13% el riesgo global de visitas a la urgencia, reingreso y muerte en los 30 días de seguimiento. El incremento del riesgo por cada MPI prescrito con anterioridad y mantenido al alta es del 13% (reacción adversa a fármacos) y del 5% (visitas a la urgencia, reingreso y muerte en los 30 días), respectivamente.
La principal novedad de este estudio radica en la demostración de una relación específica entre la prescripción de MPI al alta y la aparición de eventos adversos posteriores. Dado que el ingreso hospitalario ofrece la oportunidad de revisar y optimizar el régimen terapéutico de los mayores, es necesario insistir en la necesidad de evitar la prescripción de nuevos MPI y de intentar suspender MPI previamente prescritos.
Pedro López-Dóriga.
Servicio de Geriatría. Hospital Universitario de Getafe